3. Consecuencias
políticas, los cuatro imperios existentes
antes del final del conflicto Austro-Húngaro,
Alemán, Turco y Ruso sufrieron grandes pérdidas territoriales, de donde
surgieron nuevos países: Finlandia,
Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría.
El impero alemán perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a manos francesas, así como todos sus
territorios ultramarinos.
4. Consecuencias ideológicas, la
sociedad de la posguerra fue
presa de una profunda crisis de conciencia.
Las secuelas del conflicto llevaron al cuestionamiento de los modelos políticos,
sociales y económicos imperantes desde inicios del siglo XX. El imperialismo,
otorgando a la civilización occidental la superioridad sobre las restantes, fue
puesto en tela de juicio por los pueblos colonizados que, sirviéndose de un
incipiente nacionalismo, comenzaron a reivindicar la independencia respecto
a sus metrópolis. Surgió un peculiar tipo social: el del inadaptado a la paz y nostálgico de la
guerra, que constituyó el soporte de movimientos nacionalistas revanchistas y radicales que
progresaron durante el período de entreguerras. Muchos excombatientes quedaron excluidos de la vida laboral
y fueron presa de un profundo desánimo al considerar que la sociedad los había
excluido sin el reconocimiento de su esfuerzo y sacrificio.
Hubo colectivos que
no aceptaron el fin de la guerra y denunciaron los tratados de paz hecho
especialmente significativo en Alemania donde Hitler denunció lo que consideraba injusta
supeditación de su país a los tratados de paz.
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